
Mercado de Abastos de Torredelcampo. Fachada del Camino de la Estación, 1995.
Estuco a la cal revestido de cera, áridos proyectados, cemento y acrílico.
Boceto a lápiz sobre el alzado de la fachada. 30 x 120 cm. Julio, 1994.
Panorámica desde los Jardinillos.
Fragmento con pollo desde el melocotón y guisantes.
Estuco pulido a la cera.
Fragmento con cigalas.
Áridos proyectados.
Fragmento con otra cigala.
Cemento a espátula.
Fragmento con detalle de los guisantes / estuco pulido a la cera/.
Primer plano de los ajos, tomates y coliflor.
Lamentablemente hoy su estado es otro.
Pintado para aguantar al intemperie, a los cambios de temperatura y de humedad, no estaba preparado para dos envestidas que precisamente no eran atmosféricas.
La primera agresión vino de un operario del ayuntamiento que estaba pintando la fachada del mercado y cómo le pareció que esos colores eran muy tenues, decidió intervenir.
La segunda ¨no menos sutil´es un repinte de blanco de dudosa intención por todos los cuadrantes del mural.
Me he puesto en contacto por teléfono y por escrito hasta en tres ocasiones con el ayuntamiento y concejalía correspondiente, dando distintas soluciones dignas al estado que presentaba el mural para así frenar el deterioro. y nunca he obtenido respuesta.
La última intentona en 2016, se llegó a mantener una conversación por escrito , pero en el momento en que solicité que se me concediesen vallas para poder realizar catas en distintas zonas del mural y anuncié mi visita para analizar con detalle el deterioro, no obtuve la confirmación, cómo si no existiera.
Cómo en las dos ocasiones anteriores veces, NO obtuve ninguna respuesta.
Lamentablemente no se me ha permitido intervenir y su apariencia en diciembre del 2016 es ésta.
Detalle de los restos de la primera intervención por parte de los operarios que pintaban la fachada del mercado. «rojo vivo» para los crustáceos y «azul luminoso» para el mar
Repintes (SIN COMENTARIOS)
Vista panorámica Diciembre 2016 de la obra.
2022 / NUEVOS DAÑOS
Comunicado al Ayuntamiento 2 de SEPTIEMBRE 2022 tras la nueva agresión consentida.
LA INACCIÓN, el Ayuntamiento de Torredelcampo y el MERCADO DE ABASTOS.
La única intervención permitida y el ABANDONO.
A/A
Ilmo. Sr. Alcalde de Torredelcampo,
Don Javier Chica Jiménez
Lo primero que querría transmitir en esta carta son las sensaciones que he tenido cuando la estaba redactando. Si he dejado de pasar algo de tiempo es poque quería que la primera de ellas –la rabia, el enfado- no se impusiera; tampoco deseo que esté presente la segunda impresión que me asaltó, la tristeza, porque ello no conduce a nada. Lo importante ahora para mí es dejar constancia de los hechos –los daños causados al mural existente sobre la fachada del Paseo de la Estación del Mercado de Abastos-, solicitar las correspondientes explicaciones, y pedir a partir de ahí responsabilidades. Pero esto no tiene que ver con las leyes o con compensaciones pecuniarias, ya que el proceso solo debería tener un fin: que lo ocurrido sea reparado como entiendo debe ocurrir cuando algo así afecta a una obra de estas características.
El mural que en su día –corría el año de 1995- diseñé y ejecuté forma parte de un edificio de propiedad municipal, y surgió de un encargo que en su momento me hizo el propio ayuntamiento, el cual asumí llena de satisfacción, por lo que suponía tener una obra –modesta desde luego- formando parte del patrimonio de Torredelcampo. El paso del tiempo había provocado en el mural –es necesario tener en cuenta que se trata de una pieza situada en un muro de dicho mercado, y por tanto expuesta a los elementos y de complicada protección- una serie de daños que, no obstante, podían ser subsanados con una restauración adecuada del mismo.
Es en este contexto cuando el Ayuntamiento, y a través de su alcalde, D. Javier Chica Jiménez, me encarga un presupuesto para la recuperación del mural. Aquí es necesario señalar los antecedentes de dicho encargo. Aunque hubo algunos contactos previos, el proceso realmente arranca de una visita al Mercado el pasado 18 de febrero, y durante la cual pude explicar in situ al Alcalde las características de la obra, así como las diversas técnicas empleadas en su realización, con el fin de que fuera bien comprendidos los daños concretos que afectaban a la obra. De un modo informal ya en ese mismo momento se expresó la conformidad de la alcaldía con el proyecto, insistiéndose en la importancia dada a la calidad de los trabajos de restauración; incluso se llegó a hablar de una posible fecha para el inicio de los mismos, y que sería justo tras las fiestas del 11 de Junio.
El 4 de abril solicité permiso para para revisar técnicamente el mural y para la correspondiente toma de muestras. Fue en ese momento cuando, tanto mi ayudante como yo, pudimos ir tomando conciencia de la naturaleza del trabajo, dedicando varias horas a realizar las catas necesarias para poder perfilar el proyecto de un modo riguroso. Ello permitió iniciar el proceso para que ese proyecto, acompañado del correspondiente presupuesto, fuera ya elevado oficialmente a la corporación municipal.
Todo parecía discurrir con normalidad, y apenas dos semanas más tarde -el miércoles 20 de abril- remití tanto el proyecto como el presupuesto al correo electrónico de la alcaldía de Torredelcampo. Además, y a partir de la confianza con la cual se habían ido desarrollando todos los contactos, envié al teléfono particular del alcalde un mensaje de whatsapp con la comunicación de dicho envío, recalcando en él que, en buena lógica, estaba abierta a cualquier aclaración que pudiera serme demandada. En ningún momento tuve respuesta al correo o al mensaje, y ello me movió a que, dado el interés personal –sentimental y emocional, añadiría- que tengo en su recuperación, tratara de ponerme en contacto en numerosas ocasiones con la alcaldía, tanto a través de su secretaria como de la centralita del propio ayuntamiento, aunque sin éxito alguno en estas gestiones.
La siguiente noticia que tuve fue desoladora: el 28 de junio recibo la llamada de un empleado del Ayuntamiento informándome de una intervención –por llamarla de algún modo- sobre el mural llevada a cabo por Bartolomé Jiménez, empresario de la localidad dedicado a la limpieza de fachadas con chorros de arena. Entre la restauración proyectada y presupuestada por mi parte y la citada actuación hay, lógicamente, una distancia sideral. Lo que era un trabajo de recuperación de una obra que formaba parte del patrimonio municipal y del paisaje urbano de Torredelcampo, se convirtió en un daño doloso para dicha obra. Quiero aclarar que no se trata de algo que pudiera pasar inadvertido: me enviaron fotografías de cómo, con el trafico del Paseo de la Estación cortado, Bartolomé Jiménez daba indicaciones a un empleado para los trabajos, y éste, con la ayuda de un generador de grandes dimensiones, proyectaba chorros de arena sobre parte de los relieves del mural, el cual quedaba dañado con esa actuación falta de cualquier criterio conservativo.
Me sentí, como es fácil de entender, golpeada por dicho comportamiento, y de hecho pensé que la denuncia pública de los hechos era necesaria. Así, el 30 de junio, y junto a las imágenes del destrozo, publiqué esto en Facebook:
“De un plumazo un chapuzas y sus máquinas, han destrozado relieves del mercado de abastos, de los que sólo había que retirar la pintura.
No se puede permitir hoy en día, que mientras estamos esperando la autorización para comenzar un trabajo de restauración, con unas catas, análisis y presupuestos realizados, venga alguien sin conocimientos ni autorización y empeore lo que iba a ser un trabajo de restauración.
Quiero que todo el mundo se entere de este caso tan «peculiar» de vandalismo.
Y sigo esperando respuesta.”
Fachada Mercado de Abastos / martes 28 de junio 2022 / Torredelcampo.
Justo esa misma tarde recibí una llamada del alcalde, D. Javier Chica, preguntándome en lenguaje muy directo y afectado por el posible escándalo, sobre “qué había escrito yo y qué sabía de quien lo había hecho”. Me manifestó que no había ningún permiso del Ayuntamiento para actuar así sobre la pared del mercado, y que desde luego se emprenderían por parte las acciones conducentes a saber exactamente cómo había tenido lugar dicha intervención. Interesado además por conocer si yo emprendería acciones legales, le negué tal hecho, aunque apoyaría totalmente a la corporación si ésta las estimase oportunas a la vista de lo acontecido.
Lamentablemente, al día de hoy no he recibido noticia alguna al respecto, y por ello entiendo necesaria esta carta. Me gustaría saber si lo que me manifestó el Alcalde en la conversación telefónica del 30 de abril ha tenido algún recorrido, porque me parecería ilógico que no se hubiera hecho nada al respecto, sobre todo si se tienen en cuenta los antecedentes, es decir, el acuerdo para llevar a cabo la restauración del mural. Éste ha sido muy dañado por una actuación que, en principio, no parecía que estuviera autorizada, y lo más lógico sería que la empresa o persona responsables de la misma reparen el perjuicio causado a un bien, no se olvide, de titularidad pública. A partir de ahí podría retomarse el camino de la auténtica recuperación del mural, de su restauración en definitiva. Coloco en segundo plano mi lógica indignación personal, porque creo hablar de algo que pertenece a toda la población de Torredelcampo: el patrimonio no solo es una realidad monumental, sino que se refiere también –y mucho- a elementos que construyen nuestra vida cotidiana. Modestamente creo que el mural –como el Mercado; como las personas que trabajan en él o acuden al mismo con frecuencia- formaba ya parte de ese paisaje.
Natividad Jiménez Sánchez